Noche de...

El reloj miro, los segundo veo pasar arrastrando minutos y haciendo correr horas como si entre las agujas existiera una constante competición.
Siento los días sucederse tirando de semanas que arrancan meses a un calendario muerto de asco de en pared.
Y aquí estoy yo, como viene siendo frecuente inmersa en una noche de locura y reflexión.
Noche de insomnio tranquilo, hijo del sueño nervioso y padre de ideas que incitan al deseo al mismo tiempo que a las lágrimas llevan..
Noche de sueños imposible que por su calidad de sueños en el  dulce sueño se quedan, sin torcer su brazo a que cierre los ojos y duerma.
Pero allí estas tú como siempre en tu paraíso mayor, lugar alejado donde sueñas y duermes en un descanso que te conduce a las mismas utópicas ideas que en mi insomnio reinan,
Dos lugares. Dos esperanzas.
Unidas en un mundo donde los imposibles son posibles y  aquello que tanto se espera por fin encuentras.
Un mundo donde se alcanza ese abrazo que nunca llega y, donde, al mismo tiempo nace ese beso que cada noche muere en unos labios que te anhelan
Un mundo donde las palabras susurradas en altas horas a la luz de linternas se transforman en palabras gritadas sin miedo un día cualquiera por dos soñadores, que por soñar sueñan con todo lo que harían ellos si el otro tan lejos, no estuviera.

Ahora...

Ahora,
ahora quiero besarte,
hacerte mío.
Estar a tu lado como
nunca se me había ocurrido.

Ahora,
ahora quiero escaparme,
estar contigo.
Correr hasta llegar a sitios
donde nunca hemos ido.

Ahora cállate,
cállate y bésame.
Olvídate de las palabras que
durante tiempo nos han unido,

Olvídate de los lugares,
olvídate de los nombres,
de cualquier problema vivo...

Olvídate de todo
menos de mi,
jamás te olvides de
que te quiero conmigo...